Segunda lectura

Mas allá del análisis obligado que imponen las derivaciones de las elecciones primarias, realizadas en la provincia de Santa Fe el día de ayer. La implementación de la boleta única, como sistema de sufragio, es un hecho que no debe quedar al margen ni ser minimizado en la vorágine de los resultados acaecidos.

El domingo Santa Fe volvió a ponerse a la vanguardia de las provincias argentinas, aplicando un método de votación que termina con prácticas extorsivas a las que debieron someterse, cada año de elecciones, los sectores más desprotegidos de la ciudadanía.

Ayer se logró reducir a su mínima expresión la posibilidad de que partidos, o particulares, pudieran realizar fraude a través de la habitual sustracción de boletas (hubo una sola para todos los partidos por cargo en disputa). Se evitó las listas colectoras y la coerción del voto ya que las papeletas no pudieron ser entregadas de forma anticipada a los electores (fue el Estado quien las imprimió, y luego las distribuyó el mismo día de la votación). Esto a su vez permitió que se redujera el gasto financiero evitando imprimir millones de boletas por un número apenas superior al de los votantes habilitados.

Si bien puede parecer algo menor, la boleta única también redujo los tiempos de espera frente al cuarto oscuro y permitió al elector disponer mejor de su tiempo. El otro dato con poca trascendencia fue que hombres y mujeres votaron en el mismo lugar evitándose así la práctica sexista y discriminatoria de dividir ambos géneros en establecimientos diferentes.

Sería importante que desde el Gobierno Nacional, se tome nota de lo que sucedió en Santa Fe y se comience a pensar la posibilidad real de imponer la boleta única en todo el país previo a las presidenciales de octubre. Esto reafirmaría la vocación del ejecutivo en su búsqueda de mayor institucionalidad y materializaría su predica de transparencia.

En lo que hace al análisis de los resultados, y sus posibles derivaciones en el escenario nacional, es un trabajo que le cabe más a los expertos que a quien escribe estás líneas.